Para vincularte con el ecosistema
de emprendimiento e innovación
Este año, el Premio Nobel de Economía fue otorgado a Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt por sus aportaciones sobre cómo la innovación impulsa el crecimiento económico sostenido. Su trabajo, sin embargo, también advierte: la innovación crea disrupción, y si las sociedades no se adaptan con rapidez, pueden surgir tensiones económicas, políticas y sociales que amenacen la estabilidad.
El riesgo no es la IA descontrolada, sino el rezago institucional.
En el contexto actual de rápida adopción de Inteligencia Artificial, el verdadero desafío no es si la IA destruirá a la humanidad, sino si nuestras instituciones, mercados laborales y sistemas políticos pueden mantenerse al ritmo del cambio tecnológico. La brecha entre la velocidad de la innovación y la capacidad de adaptación social podría provocar malestar, polarización e inestabilidad.
¿Qué enseñan Mokyr, Aghion y Howitt?
Mokyr destaca cómo la apertura cultural a nuevas ideas desencadenó el crecimiento en la Revolución Industrial.
Aghion y Howitt desarrollaron el modelo de “destrucción creativa” (1992), que explica cómo el crecimiento surge al reemplazar lo viejo con lo nuevo: tecnologías, procesos y empresas.
Su investigación advierte que el crecimiento no es automático: requiere políticas que promuevan la innovación, pero también gestionen sus consecuencias.
Tres riesgos clave para el futuro del crecimiento:
Cerrar los mercados:
Proteger a actores establecidos limita la entrada de nuevas ideas y empresas. La apertura es vital para mantener el dinamismo.
Ignorar los límites ecológicos:
El crecimiento debe ser sostenible. La IA y otras tecnologías deben alinearse con la transición verde y la resiliencia climática.
Concentración del poder en IA:
Si los recursos clave (datos, talento, cómputo) están controlados por pocos actores, se frena la competencia y la innovación se estanca.
Para gestionar esta nueva era de disrupción, es esencial:
Modernizar los marcos regulatorios de forma ágil y efectiva.
Actualizar los sistemas educativos para nuevas competencias.
Evitar monopolios tecnológicos y promover la competencia.
Invertir en ciencia básica y tecnología desde lo público, para asegurar que la innovación atienda el interés general.
La IA no debe ser temida ni aceptada sin reflexión. Debe ser gobernada con inteligencia, responsabilidad y visión colectiva. El Nobel de Economía 2025 no solo celebra el rol de la innovación en el crecimiento sostenido, sino que también recuerda que su impacto depende de cómo las sociedades elijan gestionarla.
PLAi representa el tipo de infraestructura que permite que la inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes estén al servicio del bienestar social, la equidad y la competitividad regional. Apostar por la innovación abierta y compartida no solo fortalece nuestras capacidades, sino que nos prepara para liderar el futuro con propósito y cohesión.
Fuente: Forbes
https://forbes.es/actualidad/813314/lo-que-nos-ensena-el-premio-nobel-de-economia-2025-sobre-la-innovacion-y-los-riesgos-de-la-ia/