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El engagement o compromiso de los empleados ha sido una preocupación constante de los departamentos de Recursos Humanos, pero hoy nos enfrentamos a un nuevo reto con la llegada de la Inteligencia Artificial (IA).
El rápido crecimiento en el uso de esta tecnología en las empresas y entre diferentes roles corporativos llega a cuestionar la supervivencia del capital humano frente a las nuevas tecnologías, lo que a su vez genera incertidumbre y afecta al engagement de los empleados. Un estudio reciente sobre el impacto de los software de IA estima que entre 47% y 56% de las tareas que se ejercen en las empresas serán afectadas, incluyendo trabajos que actualmente son de mayor ingreso.
La introducción de la IA ha detonado cambios importantes en diferentes industrias, sectores o áreas de la empresa. Por ejemplo, en los bancos, con los sistemas inteligentes de servicios al cliente, o en los despachos de abogados, con sistemas que ordenan y sistematizan en segundos lo que normalmente duraba días o semanas. Otro ejemplo es el sector retail, donde la IA se alimenta de búsquedas y compras anteriores, realizando recomendaciones con gran probabilidad de acierto.
De un modo similar, las áreas de Recursos Humanos transformarán sus procesos y prácticas, digitalizando operaciones como procesamiento de nómina, medidas de desempeño y diseño organizacional, entre otros. En todos estos ejemplos, es importante conocer los marcos regulatorios para abordar los riesgos asociados. No debemos olvidar que la IA y sus aplicaciones parten de los sesgos de las personas que inicialmente las desarrollaron. En última instancia, esta responsabilidad humana irá creciendo de manera proporcional para todos los aspectos.
Fuente: El Economista